Hasta hace poco, en todas las casas particulares de pueblos y ciudades, el único tipo de calefacción era una estufa. El estado de estas chimeneas fue monitoreado por personas capacitadas para esto: deshollinadores. Verificaron el estado de las chimeneas, si requieren reparación y, si es necesario, las limpiaron.
Aunque ahora la mayor parte de las casas han cambiado a calefacción de gas, todavía quedan muchas estufas y chimeneas.
Se supone que la primera limpieza de la chimenea se realiza en 1 a 1,5 años desde el momento en que el horno comienza a funcionar, y luego debe realizarse 2 veces al año. Cuando el hollín en las paredes de la tubería alcanza un espesor de 3 mm o más, esto es un indicador y una señal para limpiar la chimenea.
Si esto no se hace, aumentará el consumo de leña para calentar la casa. El hecho es que el hollín es un excelente aislante térmico, por lo tanto, el canal de la estufa comienza a calentarse peor y se necesitará quemar mucha más leña para calentar la casa.
Por tanto, este truco será de gran utilidad para quienes calientan la estufa con leña en la casa o en el baño. A medida que la estufa se calienta todos los días, el hollín se acumula en las paredes de la tubería, lo que empeora gradualmente el tiro en la estufa y, con el tiempo, puede obstruir completamente la chimenea.
Pase lo que pase, y para no limpiar la tubería mecánicamente, solo necesita agregar de vez en cuando a la caja de fuego directamente a la leña al calentar la estufa. 2-3 puñados de cáscaras de patata.
Las limpiezas pueden ser secas o frescas. No hay absolutamente ninguna diferencia. El almidón que se desprende durante la combustión de la depuración ablanda el hollín y se deposita en las paredes de la chimenea. Ablandado, se tira, gracias al tiro en el horno.
Basta con quemar la limpieza durante 3-4 días seguidos y la chimenea está completamente limpia. Es recomendable repetir este procedimiento mensualmente. Todo ha sido probado por mí en la práctica, ¡todo funciona!
Pruébalo tú mismo, ¡el efecto te sorprenderá!